Construido a principios del s. XIII, el rodearon las primeras doce celdas construidas en la cartuja. Originariamente era más pequeño y se agrandó y redecoró en estilo clasicista los s.XVI-XVII con motivo de la reforma general de la cartuja.
En el ángulo noroeste, guarnecido inicialmente por cuatro hileras de cipreses, se encuentra el cementerio de la comunidad. No hay ninguna señal individual que indique donde reposan los monjes, así se respetaba su anonimato. Una cruz moderna da testimonio de su existencia.
Podemos observar los restos de los muros de las celdas, ahora llenos de tierra. Encontraremos las puertas y paredes reformadas, pero en el interior, en las situadas a poniente, aún perduran testimonios de muros de época medieval.